La iglesia de la Trinidad de Barcelona y un croat de Pere el Cerimoniós

La Iglesia de San Jaime, o de la Trinidad, como antiguamente se la conocía, no pasa desapercibida en la céntrica calle Fernando de la ciudad condal. Se encuentra en un enclave entre la Rambla y la Plaza San Jaime, y es sede de diversas Hermandades y demás comunidades vinculadas a la Iglesia católica. A su izquierda, si la miramos de frente, una modesta capilla, la del Remei, queda en un inmerecido segundo plano.

El origen de lo que hoy es la Iglesia de San Jaime debe buscarse a finales del siglo XIV. En agosto de 1391 se produjo un violento episodio en las calles de Barcelona al que se le ha venido denominando “el saqueig del Call” (el saqueo de la judería), y que se saldó con numerosos fallecidos y un gran número de judíos convertidos al cristianismo con su bautismo (forzoso). Los judíos, que se concentraban en barrios con calles estrechas y laberínticas, no tuvieron escapatoria en aquella ocasión.

Damos ahora un pequeño salto en la historia: de 1391 a 1394. Sobre el Call de Sanahuja se alzó en 1394 una Iglesia, que recibió el nombre de la Santísima Trinidad (lo que hoy es San Jaime), para los judíos recién convertidos a la fe de Cristo. Poco después se fundó una cofradía con el mismo nombre para albergar a los nuevos cristianos, y que fue prosperando hasta el punto de que incluso Joan II entró en ella. El papel que debió jugar la iglesia de la Trinidad en aquel momento debió ser, pues, bastante relevante. Tristemente, poco queda de lo que fue la construcción original.

La Edad Media es, desde luego, una época convulsa, en la que los judíos concentraban gran parte del poder económico que habían acumulado mediante el préstamo de dinero a todo tipo de gentes. El odio hacia ese colectivo radicaba, en parte, en la dependencia económica que muchos tenían de ellos, y las conversiones forzosas bien pudieran tener que ver con las prohibiciones sobre la usura de la Iglesia Católica.

Por otro lado, no todo fue oscuridad en esa época. Durante la Edad Media nacieron las bases del comercio moderno, y con él nuestro ius mercatorum: el derecho de los comerciantes comenzaba a fraguarse. De la mano de ello, florecieron algunas plazas en el mediterráneo (recordemos que todavía no se había descubierto América), y la Corona de Aragón jugó un papel relevante en el dominio del Mediterráneo medieval. No es casual, en mi opinión, que paralelamente encontremos monedas con diseños mucho más cuidados, y más aún si consideramos el papel del dinero como medio de representar el poder y prestigio de una autoridad.

Pues bien, la moneda que tengo a bien presentaros en esta entrada es de la época que os describo, con sus luces y sus sombras, y quiero creer que fue testigo del saqueig del Call o que incluso sirvió de pago para la piedra de la recién construida Iglesia de la Trinidad. Se trata de un croat de plata de Pere el Cerimoniós (omito el ordinal por la eterna discusión sobre si es III de Barcelona o IV de Aragón), que reinó entre 1336 y 1387. El saqueig se produjo tan solo 4 años después de su muerte, por lo que creo que es factible que estuviera en la bolsa de algún judío, de esos que masacraron o acabaron bautizados. La moneda procede de la última subasta de la colección Isabel de Trastámara, y creo que no está en un mal estado.

En el anverso encontramos el busto coronado del rey, a izquierda, portando un vestido con 3 flores de 6 pétalos. Lo rodea la leyenda “+PETRVS:DEI:GRACIA:REX.

En el reverso, una cruz corta la leyenda, con roel en el primer y cuarto cuartel, y tres puntos en el segundo y tercero. Alrededor, la leyenda CIVI – TAS B – ARCH – NONA.

La antigua iglesia de la Trinidad, hoy de San Jaime, se puede visitar de forma gratuita. La capilla del Remei, anexa a ella, está cerrada. Aunque San Jaime ardió durante la Guerra Civil, tiene la suerte de contar con el retablo gótico del altar mayor de la Catedral, que se trasladó posteriormente allí. Es, además, un punto de peregrinación del Camino de Santiago.

Espero que os haya gustado. Cualquier comentario es siempre bienvenido.

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